¿Por qué las dudas con tu imagen personal?

Cuando nos vemos al espejo detenidamente estamos buscando respuestas. La primera es el reflejo inmediato de nuestra imagen personal, esa primera impresión que nos causamos de ahí determina una serie de pensamientos, frases, palabras que bien pueden ser positivas o negativas, y ahí es donde empieza a surgir el discurso internos con lo que ves de ti.

«Qué gorda», «ay, esa cara», «me veo fatal», «cómo es que llegué a esto», así como también otras más fuertes que implican un reproche como si no hubiéramos estado conscientes de la evolución de nuestra imagen, son algunos de los argumentos más escuchados frente al espejo. Es casi poco probable que al menos una vez en tu vida no te hayas herido verbalmente cuando te ves, ¿o me equivoco? Todas hemos pasado por esa crítica dura, casi destructiva que es nuestra propia mirada, y si lo empezamos a percibir como algo cotidiano, es donde hay que poner un freno abrupto. Cortar con el ciclo tóxico.

Lo que realmente pasa con tu imagen

Las mujeres somos cíclicas. Esto es algo que parece obvio, pero en la práctica nos cuesta entender, interiorizar y asimilar. Incluso antes de que pienses en ciclos largos como meses o años para recién ver cambios, vamos a lo diario, sí sí, eso cotidiano que pasa con tu ciclo (lunar/menstrual), y que hace que cada día incluso tengas una percepción distinta de cómo te ves, cómo te sientes contigo.

¿Has notado días donde estás más apática contigo? ¿así como otros donde te sientes súper sexy? Son nuestras hormonas a flor de piel. Ni se diga con las distintas etapas que solemos vivir dependiendo cada caso, tu edad, tu estado civil (que sí, influye en tu percepción aunque no lo creas), tu cuerpo y sus cambios naturales, y así. Cada cosa que vives pasa una factura a tu cuerpo. Y esto no tiene por qué ser negativo todo el tiempo.

Mientras más niegues tu imagen, más te costará quererla.

He trabajado con clientas de diversas historias. Aquellas que disfrazan su interés en un servicio con un simple «no sé qué ponerme» hasta las que están en un momento de catarsis y aprovechan para remover hábitos tóxicos con su imagen.

Y cada historia es tratada de distinta manera. Algunas requieren de mayor diálogo, otras de más acción, otras de solo escucha e incluso algunas más didácticas (mucha sed de aprendizaje), el caso es que depende de en qué ciclo sienten que están, para poder llevar cada proceso de asesoramiento por una ruta de disfrute diverso.

Eso sí, hay casos donde encuentro mayor resistencia. ¿Dirás a qué? A su edad, a su cuerpo, a su falta de recursos para vestirse como quisiera, a su discurso negativo y complicado de erradicar. Pero ahí es donde radica el secreto. Identificar qué es lo que se tiene que trabajar, qué se debe deconstruir para volver a edificar confianza sobre la imagen, sobre lo que vemos frente al espejo.

¿Es normal sentir dudas con la propia imagen?

Sí que lo es. Estamos en constante cambio natural. Es normal que algo de pronto deje de gustarte, dejes de sentirte «natural» con algo que usas o cómo lo usas, es normal que te genere dudas la forma en que estás vistiendo, la forma en que te ves. Ahora, lo que termina siendo tóxico y a largo plazo anulando tu imagen es la indiferencia de que eso sucede y que es normal que suceda.

¿Ejemplo? Estás tomada por tu trabajo, no te da tiempo de respiro, últimamente almuerzas o cenas en piloto automático, no te da tiempo de siquiera arreglarte a diario que siempre estás de apuro. Pasan los meses y de pronto un día que tienes un minuto frente al espejo, te encuentras con alguien desconocido… apagado, poco entusiasta y hasta distinta físicamente. «Lo habitual» es que digas cualquiera de las primeras frases que mencioné en este artículo, sin embargo es más responsable decir: Es que me he abandonado, es que me he descuidado, y en pos de ello recalcular tanto el enfoque como las prioridades que deben incluir tu cuidado personal.

¿Suena simple? No lo es. Y lo respeto, porque yo lo he pasado, porque trabajo a diario con mujeres que no logran hacerlo solas, y porque entiendo que tiene que ver con una ayuda profesional para conseguirlo. En todo caso, como siempre se dice, reconocerlo es el primer paso para el cambio. Luego estará en ti tomar acción y poner una fecha para que se cumpla. Que si no, no habrá manera de echarle la culpa al tiempo o a las dudas con tu imagen, sino a tu falta de interés por hacer que esas dudas desaparezcan.

¿Sientes que has desconectado con tu estilo al lanzarte con tu marca y emprender?

Lo que pasa es que has estado sumergida en el “deber ser” con tu forma de vestir, en lugar de FLUIR para comunicar con tu sola imagen.

Así que quiero compartirte estas ¡5 CLAVES PARA CONECTAR TU ESTILO A TU MARCA PERSONAL!

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